Rita abrió las puertas del armario del dormitorio y se dispuso a colgar las camisas de su marido. Al terminar, colocó los jerséis y, al posarlos, tropezó con una voluminosa dureza debajo de ellos. Rita tragó saliva. De sobra sabía lo que era.
Disentería literaria
Rita abrió las puertas del armario del dormitorio y se dispuso a colgar las camisas de su marido. Al terminar, colocó los jerséis y, al posarlos, tropezó con una voluminosa dureza debajo de ellos. Rita tragó saliva. De sobra sabía lo que era.
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